Tras una charla con su padre durante el almuerzo, se despierta la curiosidad de Javier. ¿Y si hay un misterio en el altillo? Puede ser divertido ver qué hay en esas famosas cajas. ¿y si hay algo interesante? Lo del primer mundial de fútbol. ¡Cien años después, se repite la historia en el mismo lugar! Javier sube con cuidado la escalera empinada y abre la puerta despacio, para no despertar a su madre. De todos modos y aunque rechina un poco, le parece un ruido espantoso. Nada. Ni un rezongo ni nada. Su madre sigue dormida. Se pone un poco nervioso, porque es la primera vez que entra. Es más grande de lo que imaginó y está poco iluminado. El techo es de bovedilla y en algunas partes se ven los fierros oxidados y carcomidos por el tiempo. Contra las paredes hay estanterías con cajas y papeles, libros; algunos juguetes de lata -¡un mecano!-, tachos de pintura, y lo que parecen ser álbumes de fotografías. En un rincón, una máquina de coser a pedal, una mecedora apolillada y un escritorio con una tapa redonda y corrediza. ¡Ese debe de ser el escritorio del bisabuelo, donde escribía las crónicas! Se le eriza la piel y se acerca al escritorio. Vamos, es algo más que un escritorio, con un montón de cajoncitos con símbolos tallados: tres de cada lado, cada uno con su cerradura, que no puede medir más de 1 cm. Y después una misteriosa cúpula de madera, como si fuera una de esas paneras de madera, pero del tamaño del mueble. Y también una cerradura. Intenta abrir los cajones y la tapa curva, pero están cerrados con llaves. Las cerraduras, de bronce y engarzadas a la madera con unos tornillos diminutos, están bastante gastadas, como si hubieran tenido mucho uso. Las llaves deben estar en alguna parte. Los nervios y la ansiedad lo carcomen. Piensa, Javier. No dispones de todo el tiempo para abrir el escritorio; además, si introduces la llave equivocada, corres el riesgo de estropear la cerradura y eso sí que sería un problema. Ayuda a Javier a encontrar las llaves, abrir los cajones del escritorio y descubrir qué esconde su bisabuelo allí.
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